Hongo cultivado

La interacción entre hormigas y el hongo simbionte ha sido un proceso que data de millones de años atrás. En un principio el hongo se encontraba en los estratos donde se acumulaban hojas descartadas. Las primeras hormigas que interactuaron con este no eran hormigas cortadoras de hojas, sino más bien recolectaban material vegetal en descomposición y lo llevaban a sus nidos. De ahí proseguían a cultivar de estos materiales de descarte. Estas hormigas pre-agricultoras poseían nidos de unos pocos cientos de individuos, y los hongos cultivados asemejaban más a aquellos de vida libre que al actual simbionte dependiente de las hormigas.

El primer cambio importante en la historia evolutiva, que conllevó a la interacción moderna entre hongo y hormigas, sucedió aproximadamente 30 millones de años, en donde emergieron 3 sistemas de cultivo de hongos. De uno de estos se dio lugar a la aparición del proceso de agricultura de hongos basado en corta de hojas, donde se ubican las zompopas. Los cultivadores de hongos pertenecen a la tribu de los attinidos, grupo importante que comprende más de 230 especies de hormigas que dependen del cultivo del hongo para subsistir. A este grupo pertenecen las zompopas. Aunque todos los attinidos derivan de un solo ancestro, las especies que existen cultivan distintos linajes o líneas de hongos. Sin embargo es pertinente destacar que las hormigas, en condiciones de pérdida del hongo pueden adoptar líneas fúngicas de colonias vecinas. La mayoría de estos hongos simbiontes pertenecen a la familia Lepiotaceae (orden Agaricales, subdivisión Basidiomycota).

Para los attinidos el hongo cultivado actúa como fuente primaria de alimento para la colonia. Este es mantenido mediante un procesos que incluye el abonado utilizando sustrato vegetal, excremento de hormigas, insectos muertos o semillas. La propagación del hongo es de manera vertical, transfiriéndose un trozo del hongo de la colonia madre a las colonias de la descendencia. Las reinas realizan este proceso, colocando un trozo de hongo en sus mandíbulas y llevándolo consigo al fundar una nueva colonia.

Los attinidos se dividen en dos grupos, los menores y los mayores. Estos primeros son considerados menos divergentes, que comparten características con las hormigas no cultivadoras de hongo de las cuales evolucionaron. Estos cultivan hongos que han sido recientemente “domesticados”. En algunos casos este proceso ocurre por unas cuantas generaciones y requiere una posterior repetición del ciclo. Los attinidos mayores por otra parte, donde se incluyen las zompopas, cultivan hongos cuyos primeros ancestros son casi tan viejos como las mismas zompopas, de varios millones de años, no se sabe con certeza que tan antiguos son estos clones. Sin embargo, sí se conoce que los attinidos mayores mantienen los cultivos de hongo lo más sanos posibles mediante los cuidados proporcionados por la colonia.

Las zompopas y el hongo se pueden considerar como compañeros de un largo viaje en el tiempo, donde a través de su historia natural entrelazada se han enfrentado a diversos obstáculos, para los cuales han echado a mano su mutualismo para vencer. Sin embargo, las zompopas no solamente se han apoyado en el hongo, sino también han buscado la ayuda de otros microorganismos para poder optimizar las condiciones de la colonia, y sobrevivir exitosamente.