Bacterias Celulolíticas 

El enorme éxito ecológico de las hormigas zompopas, si bien es nocivo para la agricultura en América Latina, se perfila también como una fuente de posibles soluciones biológicas para los problemas y desafíos que enfrentan las sociedades humanas modernas.

Esta afirmación es válida para uno de los mayores retos de nuestra época: la consolidación de fuentes renovables de energía de frente a una posible crisis energética. En este sentido, la principal limitación para convertir biomasa vegetal en biocombustibles es la incapacidad para degradar eficientemente los diferentes componentes de la pared celular vegetal (lignocelulosa), en especial aquellos conocidos como recalcitrantes. En muchos procesos que consisten en tratamientos químicos para la hidrólisis de celulosa los mayores problemas se basa en los bajos rendimientos de las reacciones para obtener polisacáridos o el uso de agentes cuyos residuos presentan riesgos para la salud ambiental (ácido sulfúrico, por ejemplo).

Este problema fue solucionado por las zompopas hace miles de años. Cada colonia madura de zompopas consume en promedio un cuarto de tonelada de material vegetal seco  por año. Aunque su hongo simbionte es incapaz de degradar celulosa por sí mismo, las colonias mantienen una comunidad de microorganismos especializados, los cuales son altamente eficientes en la degradación éste polisacárido.

Las paredes celulares vegetales contienen las mayores reservas de carbono orgánico en la Tierra. Éste es en gran parte inaccesible a la mayoría de los organismos, encontrándose en las formas de celulosa, hemicelulosa y lignina. Sin embargo, ciertas bacterias y hongos son capaces de degradar estos compuestos de manera que sean aprovechables por los demás seres vivos,   formando así parte importante en el ciclo de nutrientes en la biosfera.

Estos organismos, denominados microbios lignocelulolíticos forman relaciones simbióticas con animales cuya fuente de alimentos es la biomasa vegetal. En estas interacciones los microorganismos les proporcionan a sus anfitriones acceso a los nutrientes que no podrían obtener a cambio de un flujo constante de polímeros vegetales.

La identificación de estos microorganismos en los jardines fúngicos de las zompopas es indispensable para comprender tanto el proceso de degradación de celulosa en las enormes colonias de estos insectos. Otro aspecto de importancia es la posibilidad de emplear estas eficientes bacterias lignocelulolíticas en procesos industriales con miras de generar biocombustibles a partir de biomasa vegetal de una manera más eficiente.